miércoles, 14 de septiembre de 2011

Cuento del cuadro "La boca del infierno"

 

"La boca del infierno", autor desconocido, óleo sobre tela, siglo XVIII.


Hace muchos años, vivía una señorita llamada Eva en un pequeño pueblo, ahí la gente nunca acostumbraba a rezar o ser religiosa, pero a través del tiempofueron construyendo un pequeño templo, de la noche a la mañana empezó a tener fieles; pero era muy raro, ya que día con día, se unía más y más gente a la religión, aunque el pueblo empezó sin ser fiel. Extrañamente  ahora era algo normal ir a rezar todos los días y poca gente continuaba sin ser fiel.
Un día caminando en la calle; vio un pequeño letrero en una hoja de papel, que decía: “Únete a nuestro taller religioso y ve que debes esforzarte para llegar al cielo”; sin más que perder se dirigió a la dirección que decía ahí curiosa por saber de qué se trataba, al llegar vio que era justamente en la iglesia que hace poco se acababa de construir; por no quedarse con la duda pasó  y pidió informes; ahí le dijeron: que el taller era completamente gratuito y con una duración de 7 días, pero la condición era que una vez adentro no podría salir hasta que concluyera.
Por la noche dando vueltas en la cama Eva decidió asistir; así que el lunes a primera hora, se presentó en el convento para tomar el curso; vio que era un número de personas aceptables, así que supuso que sería el mejor curso de su vida. Al ingresar los acomodaron en una pequeña habitación con muy poca luz, las paredes estaban llenas de humedad y era difícil distinguir los rostros de las demás personas.
El primer día un padre, como cualquier otro les dio una introducción; en la cual les explicaba lo que era el infierno. La plática fue de tanto interés para Eva, que no notó que ya había pasado mucho tiempo, la noche había llegado y el padre se despidió, al salir el padre; apagó todas las velas y los dejó completamente a obscuras. Eva no pudo dormir pensando en todo lo que le sucedió en el día, cuando la mañana llegó; noto que no les dieron de desayunar, trató de preguntar a alguien a las afueras del cuarto pero su duda no fue respondida; toda la gente se veía y hacía referencia a que el curso era demasiado extraño.
Cuando el padre llegó nuevamente; volvió a sentarse y a profesar sobre el infierno y los pecados capitales, las pláticas entretenían a la gente pero pasando los días, todos tenían cada vez más miedo, en su cabeza solo veían imágenes referentes al infierno; creadas por su imaginación, Eva por su parte; con una mentalidad más abierta, aún no llegaba al punto del colapso, pero sin embargo; poco a poco su mente se iba fragmentando.
Cuando el séptimo día llegó, la gente estaba completamente desquiciada de pánico, incluyendo Eva; ya que, aunque había resistido las pláticas del padre sobre el infierno, la tensión de estar con la demás gente y escuchar sus miedos y traumas la terminó por desquiciar de miedo. El padre entró al cuarto y mirando a todos dijo: -hijos míos hoy es el ultimo día que sufrirán el tormento que os hemos hecho pasar, aunque aún falta algo por hacer-. Después de una plática amena, hizo que todos se pusieran de pie y lo siguieran , Eva sabía que además de la plática lo que los debilitó mas fue el ayuno que los obligaban  a hacer cada mañana, siguieron caminando todos y antes de entrar a otra habitación los hicieron ponerse en fila y ponerse una venda en los ojos, uno a uno fueron pasando al cuarto, cuando fue el turno de Eva, caminó y entró a la habitación, al quitarle la venda vio  el cuarto apenas iluminado; con algunas velas se encontraba una pared con un cuadro inmenso; al ver el cuadro, su semblante en el rostro se llenó de pavor y con una desesperación sin igual comenzó  a llorar, por su cuerpo sentía todos los dolores de la imagen.
El cuadro aunque poco iluminado; daba a mostrar tres imágenes; del lado izquierdo se encontraba una imagen de una habitación, en la cual una mujer estaba recostada en una cama, con cara agonizante, a lado de la cama se encontraba un padre escuchando atentamente lo que parecía ser la confesión de aquella señora, a un lado del que escuchaba se encontraba otro padre que mostraba un rostro de espanto sin igual, mientras veía a la mujer que no había notado que tenía una garra en el cuello.
Del lado derecho; se veía la imagen de la misma mujer, ahora en una habitación  estilo estudio, estaba sujetada por un hilo hacia un libro que era: “El libro de los vivos” una mano con tijeras se veía dispuesta a cortar el hilo y alrededor de ella había muchas entes diabólicas esperando para llevársela.
En el centro del cuadro que era la mayor parte de la obra; se observaba el infierno, con un rojo intenso y la gente sufriendo una y otra vez, el martirio por los 7 pecados capitales; la imagen era tan explícita; que la impresión que daba era como si uno lo estuviera viviendo en carne propia.
Después de unos minutos, Eva se repuso un poco; aunque el susto era sin igual, su mente se había terminado de romper y el pánico que sentía era algo que ninguna persona jamás querría sentir; sin más, volteó a ver al padre que estaba ahí y rogándole le pidió que le enseñara el camino de la salvación. El padre con una mirada de compasión y ternura, la miró al rostro y le dijo: –Hija mía el señor está con todos nosotros, depende de ti que puedas salvarte, ese camino lo da la fe y la oración-.
Eva jamás volvió a ser la misma después de ese taller, sentía que su vida dependía de la fe a Dios y no estaba dispuesta a sufrir el martirio del taller eternamente.

Pasaron años y años y ella se dedicó a rezarle a Dios todos los días y tenía una fe sin igual. Varios años después, al envejecer; seguía con la imagen del cuadro en la mente, al llegar la hora de morir con un cura a su lado dijo en sus últimas palabras: -Padre, por favor récele a Dios; para que no tenga que pasar el tormento del purgatorio y el infierno-. Después de eso cayó muerta de causas naturales.
Sin embargo; ella no sentía que había muerto, estaba como sumergida en un sueño, se veía en un camino largo, con una luz inmensa al final, sin dudar más; corrió a la luz, fijándose que ningún demonio del purgatorio se apareciera. Cuando llegaba casi al final, vio una silueta de una persona en la entrada de aquella luz; cuando llego, no podía distinguir el rostro de aquella figura, solo veía negro, como si no tuviera un rostro que ver, aquella figura tenía un libro que abrió y empezó a revisar, al terminar de leer, cerró el libro y viendo a la mujer le señaló un lado del túnel; al verlo, se dio cuenta que tenía que pasar el purgatorio, aunque su vida hubiera sido de una persona fiel.
Sin miedo alguno, cruzó hacia donde le había indicado aquella silueta. Al estar allí; las criatura del infierno la rodeaban y ella ya no sentía miedo, lo había sufrido en vida y ahora le era indiferente; las criaturas trataron de hacerla padecer, pero ella en cambio estaba feliz y contenta, porque sabía que ese martirio no lo tendría que tolerar mucho, ella estaba destinada a llegar con Dios. Después de unos días, aunque ella no notaba el paso del tiempo, los demonios la desplazaron de nuevo a la entrada, donde estaba la silueta negra; ella mirándolo le preguntó: -¿Es la hora de ver a Dios mi señor, todo poderoso?, la silueta hizo una reverencia y le cedió el paso.
Cuando pasó eso, Eva se quedó anonadada; era su gran momento, por fin alcanzaría la salvación y la paz eterna, poco a poco avanzó y notó que estaba en el paraíso, caminaba sobre una inmensa cantidad de nubes esponjosas, la luz era muy brillante y a donde volteara encontraba figuras hermosas, ángeles volando hacia todos lados, al final del camino en un gran trono; una figura de un anciano de una apariencia de sabio se levantó, bajó los escalones que lo separaban de Eva y con un abrazo le dijo: – Bienvenida a mi reino, ahora serás feliz eternamente-.
Eva llena de felicidad respondió el abrazo. Ella alcanzó la felicidad eterna, pero supo que jamás lo hubiera logrado si no hubiera sido por aquel taller, que le mostró el camino que debía seguir para la salvación eterna.
FIN

Pinacoteca de la Profesa

La pinacoteca de la Profesa es una exposición que data de los siglos XVI, XVII y XVIII, está dividido en 5 salas, donde se exponen obras de un tema religioso, se encuentra en la Templo de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri de México, en el centro histórico de la ciudad de México,  estas obras fueron recolectadas por los jesuitas del convento, durante la etapa de la independencia y las leyes de reformas,Benito Juárez ordena que sean confiscados todos los bienes eclesiásticos (propiedades, tierras, pinturas, dinero, etc.) y manda todas las obras confiscadas a una bodega, pero por los problemas del país se olvidan un poco de ellas y el tiempo las maltrata (humedad, animales, etc.).
 Sin embargo la iglesia de la profesa pudo rescatar algunas de esas obras y con los pocos recursos que obtiene de las limosnas de la iglesia, las mantiene.
Es una exposición muy interesante y con cuadros que muestran historias antiguas como la pasión de Cristo.

 

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Cuál es mi plan de vida a 5, 10 y 15 años?

En 5 años, yo me veo ya con mi carrera terminada y con un buen trabajo con el cual ahorraré para estudiar mi maestría en Japón.

En 10 años me veo regresando a México, con la maestría terminada en inteligencia artificial y montando una empresa en el país.

En 15 años me veo con una empresa multimillonaria, que compita con las mejores empresas del mercado de inteligencia artificial del mundo, con esposa y dos hijos y dejando en alto el nombre de mi país.

sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Qué aportó la película de Zelig para mí?

La película de Zelig, nos muestra como cualquier persona con tal de encajar en un grupo puede cambiar drásticamente su personalidad, forma de hablar y en el caso de Zelig su forma física. A mí me aportó  una gran lección que es, “siempre se tú mismo”, porque al final si no haces eso te darás cuenta que todo fue una mentira, ya que siempre fuiste falso y no tendrás tu propia vida sino la de los demás.
La película es muy buena, aunque se trata de comedia, nos da una gran lección a aprender y nos pone a analizar si nosotros no hacemos lo mismo.